¿Qué es la neumonía? La neumonía es un proceso inflamatorio del pulmón (parénquima pulmonar), generalmente de origen infeccioso por microorganismos patógenos y se caracteriza por la presencia de síntomas de infección aguda como son: fiebre, calosfríos, tos con expectoración y dolor torácico que se acompaña de un infiltrado agudo en la radiografía de tórax.
La neumonía tiene alta morbilidad y mortalidad principalmente en niños y adultos mayores, encontrándose entre las primeras 20 causas de muerte a nivel mundial y en México. El 80% son neumonías adquiridas en la comunidad, que pueden ser tratadas de forma ambulatoria y tiene baja mortalidad (1%); el 20 % pueden ser neumonías graves que requieren tratarse en hospitalización o en una unidad de cuidados intensivos, que tiene una mortalidad hasta del 12%. Esta enfermedad se presenta con mayor frecuencia en épocas invernales y es ocasionada por bacterias y virus, siendo el neumococo y otras bacterias GRAM positivas, seguidas por bacterias GRAM negativas, sobretodo en pacientes con comorbilidades como: diabetes mellitus o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.
La neumonía viral habitualmente se presenta en brotes epidémicos por virus de la influenza H1N1, sincitial respiratorio, entre otros. La neumonía por hongos menos frecuentes se presenta en pacientes inmunocomprometidos o por inhalar esporas de coccidiodes, histoplasma, cryptococcus, aspergillus y otros microorganismos, habitualmente en zonas endémicas (regiones).
Pacientes que presentan alteración de la conciencia por enfermedades neurológicas, intoxicaciones alcohólicas, uso de sedantes y/o anestésicos pueden broncoaspirar y complicarse con neumonía. Otros tipos de neumonía son las adquiridas en un hospital, conocida como nosocomial y las asociadas a ventilación mecánica, que son graves porque son pacientes con otras patologías y producidas por microbios que son más agresivos y pueden ser resistentes a antibióticos.
Día Mundial contra la Neumonía
La Coalición Mundial contra la Neumonía Infantil organiza el Día Mundial contra la Neumonía el 12 de noviembre.
Esta celebración desea sensibilizar al público acerca del problema de salud pública que constituye la neumonía y ayudar a prevenir la pérdida evitable de millones de vidas que se registra cada año por causa de esa enfermedad.
La Coalición Mundial contra la Neumonía Infantil (una red de organizaciones internacionales, gubernamentales, no gubernamentales y comunitarias; instituciones académicas y de investigación; fundaciones y personas a título individual), organiza el evento para señalar bien justificadamente la neumonía a la atención de los donantes, formuladores de políticas, profesionales de la atención de salud y del público general.
Los objetivos del plan de acción para la prevención y control de la neumonía son:
- Difundir y hacer conciencia en la población, autoridades gubernamentales y profesionales por la salud sobre este problema de salud pública
- Identificar riesgos y consecuencias de la enfermedad
- Establecer medidas de prevención
- Identificar tempranamente síntomas de riesgo
- Brindar atención médica oportuna
- Disponer de tratamiento médico
- Vacunación universal
¿Qué es la neumonía?
La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. Éstos están formados por pequeños sacos llamados alvéolos que se llenan de aire al respirar. Los alvéolos de los enfermos de neumonía están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno.
La neumonía puede ser una enfermedad grave si no se detecta a tiempo y puede llegar a ser mortal, especialmente entre personas de edad avanzada, diabéticos, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica y entre los inmunodeprimidos.
Las personas con fibrosis quística también tienen un alto riesgo de padecer neumonía, debido a que continuamente se acumula mucosidad en sus pulmones.
La neumonía puede ser altamente contagiosa, ya que las bacterias y virus se diseminan rápidamente en el aire por medio de estornudos, tos y secreciones, por lo que se recomienda cubrirse la nariz con papel y desecharlo en un bote cerrado. Los pacientes con neuropatías crónicas como bronquitis, enfisema, bronquiectasia, asma o fibrosis intersticial, tienen un mayor riesgo de contraer una neumonía y presentar complicaciones graves como sepsis o insuficiencia respiratoria. Por ello, se indica vacunación como medida de prevención en estos pacientes.
Prevención primaria
- Educación para la salud.
- Lavado de manos frecuente con agua y jabón o uso de alcohol en gel.
- Técnica de “estornudo de etiqueta”, la forma correcta al toser o estornudar, o en papel desechable y colocarlo en una bolsa de plástico, anudarla y tirarla a la basura inmediatamente.
- Cubrirse la nariz y boca con el ángulo interno del brazo.
- Protección de contactos: uso de cubrebocas por parte del enfermo.
- No escupir. Si es necesario expulsar las secreciones, hacerlo en un pañuelo.
- Ventilar y permitir la entrada de sol en casas, oficinas y cualquier lugar de reunión.
- Limpiar y desinfectar con agua clorada las superficies y objetos de uso común.
- Evitar acudir a lugares concurridos.
- Mantenerse en resguardo domiciliario en caso de estar enfermo.
- Evitar el uso de antipiréticos que puedan enmascarar la fiebre.
- Evitar el uso de antibióticos de amplio espectro en etapa temprana de una infección de vías respiratorias altas.
- En caso de síntomas compatibles con una infección por el virus de la influenza tipo A H1N1, acudir de inmediato a la unidad de salud más cercana.
Factores de riesgo
Los factores de alto riesgo asociados a la neumonía adquirida en la comunidad son:
- Edades extremas de la vida: menores de 5 años y adultos mayores
- Alcoholismo
- Tabaquismo
- Niños que conviven en guarderías
- Mala higiene bucal
- Gingivitis
- Diabéticos
- Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica y otras neumopatías
- Hepatopatías
- Cardiopatías
- Esplenectomizados
- Pacientes con inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
La presencia de estos factores de riesgo obliga a la prevención con inmunización de estos pacientes.
Cuadro clínico
La neumonía, de acuerdo a las características clínicas especificas del paciente, puede ser:
- Neumonía adquirida en la comunidad
- Neumonía nosocomial
- Neumonía atípica
- Neumonía severa
La neumonía adquirida en la comunidad se presenta en pacientes no hospitalizados y se caracteriza por la presencia de fiebre, tos con flemas, dificultad para respirar, dolor en el tórax, ruido respiratorio anormal.
En pacientes adultos mayores, un dato frecuente es la alteración del estado de conciencia o estado de desorientación agudo sin fiebre. Radiográficamente se documenta una radiosidad, debido a la ocupación de los sacos de aire del pulmón (espacios alveolares) por mucosidad, secreciones, sangre o pus y/o bronquios llenos de aire (broncograma). Es importante una evaluación integral a fin de identificar datos de alarma y normar el tipo de tratamiento.
Neumonía severa es aquella en la que el paciente presenta con síntomas clínicos típicos de una neumonía, pero con una respuesta inflamatoria del organismo por la misma infección (sepsis). Existen datos de alarma que deben identificarse para referirse a un hospital.
Neumonía atípica. Se caracteriza por presentar pocos síntomas y signos clínicos con un infiltrado intersticial en la radiografía de tórax. Con una evolución lenta, dificultad para respirar, infección viral sistémica (meninges), mycoplasma (bacterias sin pared celular que no son sensibles a los antibióticos) o neumocistosis (infección de los pulmones causada por un hongo llamado Pneumocystis carinii). Habitualmente son adultos jóvenes.
Neumonía nosocomial. Es aquella que se presenta en pacientes hospitalizados posterior a las 48 horas de ingreso y hasta 14 días posterior a su egreso.
Diagnóstico
El diagnóstico se establece al realizar un interrogatorio y exploración física completa, documentando los 4 síntomas y signos de fiebre, tos, expectoración y estertores crepitantes, confirmando el diagnóstico con estudios de laboratorio y gabinete.
Dentro de la clínica, la identificación de los pacientes de alto riesgo y los datos de alarma son primordiales para valorar la severidad de la enfermedad y decidir el tratamiento.
Prevención
Prevención específica
- Suspender el hábito de tabaquismo y la exposición a humo de leña o carbón
- Suspender alcoholismo
- Evitar cambios bruscos de temperatura
- Disminuir el hacinamiento humano
- Proporcionar el aporte adecuado de líquidos
- Mejorar las condiciones nutricionales
- Adecuada higiene dental
- Evitar el uso inadecuado o prolongado de antibióticos
- Aislamiento inverso estricto en paciente con enfermedades concomitantes que conllevan una inmunodeficiencia
- Aplicación de vacunas para la influenza estacional, la influenza, antineumocócica. La vacuna anti-influenza A H1N1 en presencia de alerta epidemiológica.
¿Qué es el coronavirus?
Los coronavirus son una familia de virus que causan enfermedades (desde el resfriado común hasta enfermedades respiratorias más graves) y circulan entre humanos y animales.
En este caso, se trata del SARS-CoV2. Apareció en China en diciembre pasado y provoca una enfermedad llamada COVID-19 que se extendió por el mundo y fue declarada pandemia global por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los coronavirus humanos se transmiten de una persona infectada a otras a través de las gotículas que expulsa un enfermo al toser y estornudar, al tocar o estrechar la mano de una persona enferma,
un objeto o superficie contaminada con el virus y luego llevarse las manos sucias a boca, nariz u ojos.
Medidas preventivas
- Para evitar la propagación de la COVID-19:
- Lávate las manos con frecuencia. Usa agua y jabón o un desinfectante de manos a base de alcohol.
- Mantén una distancia de seguridad con personas que tosan o estornuden.
- Utiliza mascarilla cuando no sea posible mantener el distanciamiento físico.
- No te toques los ojos, la nariz, ni la boca.
- Cuando tosas o estornudes, cúbrete la nariz y la boca con el codo flexionado o con un pañuelo.
- Si no te encuentras bien, quédate en casa.
- En caso de que tengas fiebre, tos o dificultad para respirar, busca atención médica.
Factores de riesgo
De acuerdo con lo que se conoce hasta el momento, los adultos de cualquier edad con las siguientes afecciones podrían tener mayor riesgo de enfermarse gravemente por el virus que causa la COVID-19:
- Asma (moderado a grave)
- Hipertensión o presión arterial alta
- Personas inmunodeprimidas (sistema inmunitario debilitado) a causa de un trasplante de médula ósea, deficiencias inmunitarias, VIH, uso de corticoides, o de otros medicamentos que debilitan el sistema inmunitario
- Afecciones neurológicas, como la demencia
- Sobrepeso y obesidad
- Fibrosis pulmonar (el hecho de tener los tejidos del pulmón dañados o cicatrizados)
- Diabetes mellitus
- Embarazadas
Cuadro clínico
Una persona debe sospechar de COVID-19 cuando presenta al menos dos de los siguientes síntomas:
- Dolor de cabeza
- Tos/estornudos
- Fiebre
Y que se acompaña de alguno de los siguientes:
Tratamiento
No existe medicamento que cure los coronavirus solo para aliviar los síntomas que genera.
El virus que causa COVID-19 es muy nuevo y no hay vacuna.
En la mayor parte de los casos, la enfermedad no es grave y el cuerpo la controla en alrededor de dos semanas.
Si presentas síntomas compatibles con COVID-19 y tienes dificultad para respirar o perteneces a uno de los grupos de riesgo, entonces cúbrete boca y nariz con un tapabocas, una bufanda o un pañuelo y acude de inmediato al médico o a la clínica más cercana.
Si no presentas síntomas, quédate en casa.
Y recuerda: no debes automedicarte.
Cuidados para el enfermo con COVID-19
Si tienes síntomas compatibles con COVID-19 y no tienes dificultad para respirar o perteneces a uno de los grupos de riesgo, no vayas al doctor, solo quédate en casa y haz lo siguiente:
- No te automediques
- No saludes de mano, beso o abrazo y mantén tu sana distancia respecto a quienes conviven contigo
- Lávate las manos frecuentemente con agua y jabón al menos 20 segundos o desinféctalas con gel
- Aliméntate sanamente con verduras y frutas, y toma al menos ocho vasos de agua simple
- Laven vasos y cubiertos con agua, jabón y cloro
- Día Mundial de la Neumonía (pdf)
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