En Cuaresma y durante todo el año… el mejor pescado es el que NO hace daño emergencia. |
La contaminación de los pescados y mariscos se da mediante microorganismos que se presentan ante falta de higiene.
¿Por qué pueden ser peligrosos?
Los pescados y mariscos pueden representar riesgos a la salud cuando se contaminan con virus, bacterias y parásitos, los cuales pueden ocasionar severas infecciones e intoxicaciones.
La contaminación de los pescados y mariscos se da mediante microorganismos que se presentan ante falta de higiene.
¿Cómo protegerse?
Afortunadamente los microorganismos de los alimentos pueden ser eliminados con las siguientes acciones:
- Evitar el consumo de productos crudos, como ceviche o cócteles.
- Lavar muy bien los productos pesqueros antes de prepararlos.
- Freír o cocer los pescados y mariscos porque así destruirás las bacterias y parásitos dañinos para tu salud.
- La carne no se cuece con jugo de limón, las bacterias no mueren.
- Evitar el consumo de carne cruda con limón.
Al momento de comprar, el personal que te despacha debe presentar apariencia limpia y mantener los productos en refrigeración o congelados. De preferencia realiza tus compras en lugares cerrados, pero si vas a los tianguis revisa que el pescado se mantenga en camas de hielo. El hielo debe ser elaborado con agua potable, estar limpio, sin rastros de sangre, vísceras, tierra o cualquier materia extraña que pueda contaminarlo.
Cuando compres moluscos, escoge sólo aquellos que tengan la concha firmemente cerrada.
En el caso de los pescados revisa que:
- Tengan piel firme
- Escamas bien adheribles
- Agallas rojo intenso.
- Olor a mar, fresco, alga.
- Estén en cama de hielo o refrigeración, menor o igual a 4 grados Centígrados.
- Para ostiones, almejas o mejillones y similares las conchas deben estar cerradas.
Rechaza el pescado que:
- Tenga olor desagradable, pútrido, amoniaco, rancio.
- Piel flácida.
- Desprendimiento fácil de escama.
- Agallas oscuras, viscosas, verdosas.
- Esté expuesto a temperatura ambiente.
Si los compras congelados:
Evita descongelarlos a temperatura ambiente, pues al hacerlo permite que se desarrollen las bacterias.
Para descongelarlos es preferible que:
- Los pases del congelador al refrigerador.
- Los cocines directamente.
- Los pongas al chorro de agua sin que esta se estanque.
- Utilizar microondas.
¡No debes congelar y volver a descongelar!